«Desafíos y Oportunidades en el Presupuesto Federal Mexicano 2024: Análisis desde la Óptica Financiera»
La revelación del presupuesto público para el año 2024 ha generado un revuelo significativo. Sin censuras, desglosaremos los primeros detalles y analizaremos los sectores más y menos beneficiados con esta decisión crucial.
En este nuevo presupuesto, no se proponen cambios fiscales trascendentales, pero destaca un incremento considerable en el déficit, medido a través de los Requerimientos Financieros del Sector Público (RSFP). Se espera que los RSFP alcancen un 5.4% del PIB, superando el 3.9% estimado para este año. Este aumento en el déficit ha despertado especulaciones sobre su impacto positivo o negativo en la economía mexicana.
Dentro de este paquete económico, se contemplan niveles de déficit presupuestario del 3.3% en 2023 y del 4.9% para 2024, marcando el más alto desde 1990.
El Secretario de Hacienda y Crédito Público, Rogelio Ramírez de la O, entregó el paquete económico para el ejercicio fiscal 2024 a la Cámara de Diputados, siendo este el último del sexenio de Andrés Manuel López Obrador.
El plan económico 2024 plantea lineamientos prudentes y alineados con los objetivos sexenales. Se pronostica un crecimiento económico de entre 2.5% y 3.5%, respaldado por un presupuesto de egresos de 9 billones 22 mil millones de pesos, con enfoque en inversión social, proyectos de infraestructura, salud, seguridad y educación.
Las instituciones más beneficiadas incluyen la Secretaría de Energía, el Instituto Nacional Electoral (INE), el INEGI, la Secretaría de Gobernación y la Secretaría de Bienestar, entre otras. Sin embargo, el gasto en seguridad se duplicará para algunas dependencias, como la Sedena.
En contraste, las instituciones menos beneficiadas incluyen la Secretaría de Salud, el IMSS, Petróleos Mexicanos, la Secretaría de Turismo, y la Secretaría de Desarrollo Territorial y Urbano, entre otras, con reducciones presupuestarias significativas.
En cuanto a los ingresos presupuestados para 2024, se estiman en 7.329 millones de pesos, con un aumento del 0.8% respecto al cierre estimado para 2023.
Esta apuesta presupuestaria implica un crecimiento económico sustentado en la fortaleza del consumo privado y la inversión pública y privada, buscando potenciar la conectividad del mercado interno y las rutas de exportación. Sin embargo, algunos economistas advierten que el presupuesto 2024 podría estirar la liga de las finanzas públicas, exponiendo a México a riesgos adicionales en un entorno global incierto.
El aumento del déficit, aunque no implique un desequilibrio fiscal inmediato, podría reducir el margen de maniobra del próximo mandatario, elevar la deuda en 2024 y percibirse como un momento de insostenibilidad financiera.